Por: Allen del Castillo
Sonríe amablemente, pero
sus ojos están nerviosos. No tiene puesta la vista ni en la grabadora, ni en el
programa de TV, ni en el celular que acaba de sonar mientras carga en una
repisa. Nada. Los ojos detrás de las lunas de sus anteojos están fijos en mi codo
que, inocentemente, se ha apoyado en un, para mí, nada importante papel que
dice “Suiza 54”. Al darme cuenta, mi codo abandona el ‘insignificante’ papel y
la paz vuelve a su mirada. Jack Hurtado, vestido con una camiseta de Argentina
firmada por el mismísmo Diego Armando Maradona, vuelve a sonreír pero anda
siempre alerta… no vaya a ser que otro travieso codo se apoye en su máximo
tesoro: sus álbumes.
¿En qué se basa tu
colección?
Entre coleccionistas
siempre se recomienda la especialización en algo en particular. Por ejemplo, a
mí me interesan muchos los artículos de fútbol. Tengo souvenirs, camisetas,
posters, entre otras cosas, todo sobre el tema fútbol, pero me he especializado
en los álbumes de este deporte. Tengo una colección de 362 álbumes de más de 20
países distintos.
¿Cómo haces para conseguir
álbumes de años en los que ni siquiera habías nacido?
Cuando completé mi primer
álbum me di cuenta que, así como había completado uno, podía completar los que
salieran en adelante y, por qué no, los que hubieran salido mucho antes. Es así
que ‘huaqueando’, en base a contactos, haciendo red de redes, yendo a diversos
lugares caletas en el centro de Lima y visitando a coleccionistas privados es
como hemos conseguido material inédito.
¿Y cuál fue hasta ahora el
más difícil de encontrar?
Cuando emprendimos el
proyecto de volver la colección un Museo Coleccionable de Fútbol hicimos
expediciones a varias partes de América. Visitamos Uruguay. Fuimos a ese país
con la consigna de traer álbumes editados allá en los que nuestra selección
tuvo participación en Copas del Mundo. El álbum que nos costó muchísimo
conseguir es el de Argentina 78 publicado por el diario La Mañana de Uruguay.
Todos los días tenías que comprar el diario para poder llenar tu álbum. Si un
día te quedabas dormido, tu colección se quedaba en el aire. Por eso se volvió
un artículo muy raro y muy bien cotizado.
(Termina de leer la entrevista completa en la revista)